De modo que para entender mejor la Realidad, con su complicado juego de realidades, me parece fundamental considerar la escala a la que se manifiesta cada una de ellas y aplicar a su estudio una perspectiva adecuada a sus medidas respectivas. Cuestión de perspectiva, se suele decir para justificar criterios particulares sobre las cosas. Pero no es tan fácil. Un conocimiento siempre mayor del mundo exige capacidad visionaria, agudeza intuitiva, perspicacia igual de penetrante, un aprendizaje metódico y perseverante, coraje para rebelarse contra lo establecido y saber sobrellevar las dudas e incertidumbres, sentido de la independencia, y el resultado inevitable de una buena educación: un pujante y poderoso pensamiento crítico. Todos estos ingredientes escasean en nuestra sociedad de forma abrumadora. Y con que sólo nos falte uno de ellos, la hemos fastidiado. ¿Es de extrañar, pues, el panorama que tenemos a nuestro alrededor y la perspectiva (ésta sí, real) que nos ofrece el futuro?.
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