Las ideas sobre el Big Bang están cambiando. Antes se consideraba que ese principio del Universo era un punto de volumen cero, instante cero e infinita densidad de materia y energía: una singularidad en donde las leyes conocidas de la Física dejaban de funcionar. Pero, ¿cómo inventar una nueva Física apta para hurgar en su seno sin posibilidad alguna de cotejar nuevas leyes por descubrir con datos observacionales?. Ante la extrema dificultad, Stephen Hawking y otros reputados cosmólogos comprendieron la necesidad de explorar nuevas vías, otras variantes sugeridas por las Matemáticas y no tan intratables por los teóricos. Así, dieron en pensar en la hipótesis de un "antes" del Big Bang y de una transición más suave hasta el instante inmediatamente posterior al mismo, lo cual implicaría la existencia de un Universo previo al nuestro. Quince años después, cogió el testigo Roger Penrose con su teoría CCC (Cosmología Cíclica Conforme). En ella propone ciclos del tiempo que empiezan con una Gran Explosión, siguen con una expansión exponencial y una disipación extrema de la materia mientras los mayores agujeros negros se evaporan con una lentitud inconcebible. Al final, todo se vuelve radiación de fotones y otras partículas sin masa en una extensión espacial casi infinita. De su seno brota repentinamente un nuevo Universo bebé con su propio Bing Bang. Y comienza un nuevo ciclo. A cada uno de estos períodos le llama Penrose Eón y le asigna una duración de diez elevado a más de la potencia 100 en años, algo equivalente, en términos humanos, a la Eternidad. A su vez, el número de Eones o ciclos sucesivos podría ser infinito. Suena muy especulativo pero goza de sólidos fundamentos matemáticos y no pocos refuerzos de la Física actual más avanzada. Los realmente interesados no perderán el tiempo leyendo a Penrose despacio y con meticulosidad.
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