viernes, 19 de febrero de 2016

UN LARGO VIAJE


Cuando los dos agujeros negros se acercaban lentamente el uno al otro, la vida en la Tierra sólo estaba en sus primeros balbuceos y el bombardeo de cometas, asteroides y meteoritos seguía siendo masivo. Girando ambos monstruos desaforadamente, casi a la velocidad de la luz, acabaron por chocar y fundirse en un cataclismo cósmico de proporciones inimaginables. El súper agujero negro resultante tenía 62 veces la masa del Sol.
La fantástica colisión deformó terriblemente el elástico tejido del espacio-tiempo, proyectando al exterior una energía equivalente a tres masas solares en forma de ondas de todas clases. Una de ellas fue la onda gravitacional predicha por Albert Einstein en su ya famosa Teoría de la Relatividad General.


Esta onda emprendió un largo, larguísimo viaje, a través de cúmulos de galaxias, atractores. nebulosas planetarias, sistemas estelares y nuestro propio Sistema Solar, a la velocidad de la luz, casi 300.000 kms. por segundo, cada vez más tenue y débil. Ahora, mil trescientos millones de años después, arriba a nuestro mundo y es captada por esta civilización como una fluctuación casi infinitesimal que sólo los más sensibles y avanzados dispositivos técnológicos han logrado descifrar.
Ya no hay duda de la existencia de los agujeros negros, donde cesan el espacio y el tiempo, y de que nuestro Universo es tan deformable y moldeable como una colchoneta de espuma, como una burbuja de aire en realidad. Bueno es saberlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario