lunes, 2 de noviembre de 2015

ADA COLAU, PABLO IGLESIAS...Y COMPAÑÍA

      (fotografía propiedad de "lamarea.com")

Ada Colau, Pablo Iglesias, Alberto Garzón y compañía me parecen los únicos políticos medio potables de España. Dejan traslucir sensibilidad hacia los problemas y sufrimientos de la gente, predican con el ejemplo en algunas ocasiones y plantan cara a lo peor del Sistema. Y da gusto oírles hablar. Suenan bien, persuasivos, con cierta lógica y coherencia interna. Rezuman sensatez y moderación. Se diría que la razón está de su parte. Mas, al analizar la realidad humana, opino que todos cometen un grave error.
Sus miras estrechas, de carácter nacionalista, incluso provinciano, su enfoque parcial, fragmentario, que les impulsan a establecer un contexto equivocado. Por eso yerran, a mi juicio, cuando hablan de Cataluña o del País Vasco, y cuando establecen el valor absoluto del voto popular.
El voto popular también puede estar terriblemente equivocado. Elevó democráticamente al poder a Adolf Hitler en Alemania, en 1933. El voto popular sólo tiene un valor relativo, como casi todo en nuestro mundo macróscopico de la Relatividad de Einstein. Depende dramáticamente del quién o quiénes, cuándo, cómo, qué y porqué. Una parte importante del electorado catalán, vasco, flamenco, valón, corso, normando, bretón, sardo, Liga Norte, francófono canadiense, escocés, etc, etc, quiere abrir la vía al separatismo, la división, la creación de nuevas fronteras y la multiplicación por cuatro o por cinco del número actual de Estados-nación (209, creo), sobre la Tierra. A mi juicio, otro terrible error.
Porque las ya escasas posibilidades de supervivencia de la especie humana pasan, ineludiblemente, por todo lo contrario: por la urgente fusión de naciones, países, regiones, localidades, familias e individuos particulares en una verdadera unidad planetaria, en un solo gobierno mundial basado en el altruísmo, la solidaridad, la cooperación, la igualdad de derechos y deberes y el mutuo entendimiento.

    (la foto pertenece a Pablo Iglesias.org)
          
¿Derecho ABSOLUTO a decidir si se trocean o no España y los demás países en cachitos pequeñitos? No estoy de acuerdo.
Peor todavía: ni siquiera Ada Colau y sus colegas parecen haber visto la Tierra desde el Cinturón de Kuiper
(un solo grano insignificante y unitario) ni demuestran en sus discursos y declaraciones saber algo de Astronomía, de Física, de Química, de Biología, de Termodinámica, de Dinámica de Sistemas, de Cambio Climático, ni de Crisis de la Energía y de los Recursos Naturales... de Ciencia en general, vaya.
Y la Ciencia establece como fundamentales la Perspectiva Planetaria, el Enfoque Cósmico, el Entendimiento Global de asuntos generales para poder afrontar los temas del terruño particular con un mínimo de acierto y eficacia. Da la máxima prioridad al contexto más amplio posible, al Gran Angular aplicado a los hechos, al orden de magnitud pertinente, a la escala correcta de los fenómenos, al nivel de análisis exigible.
Y quienes ignoran sistemáticamente la Ciencia, tengan las cualidades y poderes que tengan, están condenados a extinguirse...y a extinguirnos.
Igual que quienes ignoran las horrendas implicaciones del Pensamiento Egocéntrico que acapara casi totalmente nuestras vidas. Las de casi todos.
    


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