martes, 29 de septiembre de 2015

UN MUNDO APARTE



Dijo recientemente Stephen Hawkings que deberemos abandonar la Tierra y colonizar otros mundos si queremos sobrevivir como especie. De momento, nosotros decidimos el otro día visitar un mundo aparte, a ver qué tal, y quedamos encantados con él. No sé si valdrá para instalarnos definitivamente allí mas la experiencia valió la pena.
Se trata del Nacedero del río Urederra, reserva natural ubicada en el Parque Nacional de las Sierras de Urbasa y Andía, en el extremo occidental de la Comunidad Foral de Navarra, España. Un lugar donde desconectas fácilmente de lo cotidiano y te sientes muy lejos de casi todos los avatares humanos.


Es una cuña de masa vegetal hendida por la corriente que se clava, espesa y umbría, en el flanco sur de esa elevada meseta calcárea llamada los Rasos de Urbasa, en su blanco paredón vertical. De él brotan las aguas que, en su descenso, forman cubetas y charcas de un increíble color azul; me recordaron en seguida aquellas otras inolvidables del río Celeste, en la lejana Costa Rica. "¡Y las tenemos parecidas aquí mismo, en España"!, pensé, admirado. En vez de la selva tropical de allá, éstas son rodeadas por una densa fronda de hayas, tilos, fresnos, arces, tejos, servales, chopos y temblones. Y en lugar de servir de solaz y refresco a la avifauna tica, aquí complacen a carboneros, martinetes, pinzones, herrerillos, chovas, vencejos, halcones y buitres.


Por cuidados senderos, bien adornados por miradores y atalayas, llegamos casi al nacedero mismo, hasta que el muro calcáreo coronado por el Balcón de Ubaba o de Pilatos (fabuloso mirador también) detuvo nuestro avance.
Urederra significa en euskera aguas hermosas. Y realmente lo son.

Esta foto pertenece al espléndido blog "Paseos de Ikandu".


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