miércoles, 22 de julio de 2015

LA MENTE SUMERGIDA (2)

Esa maraña mental que no podemos manejar se compone de toda clase de  apegos, tendencias, hábitos, inclinaciones, rutinas, compulsiones, identificaciones, tics viscerales, emociones, percepciones, sentimientos y sensaciones. Desconocemos su origen y su causa la mayoría de las veces y preferimos asignarle motivos perfectamente sensatos y racionales para mayor comodidad. Pero no  hay tal.  Su índole verdadera responde a imperativos genéticos,  fisiológicos y  evolutivos por selección natural, así como a a filtros inconscientes de toda la experiencia acumulada desde el mismo instante de la concepción.
Somos seres mayormente reflejos y programados por la Naturaleza para alcanzar sus objetivos fundamentales propios de cualquier otro primate. Sólo nos queda una parte muy minoritaria de relativa libertad para plantearnos retos cuya resolución podría hacernos realmente humanos; nos convendrá aprovecharla muy bien. Cosa que, obviamente, no hemos hecho hasta ahora.

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