jueves, 2 de abril de 2015

HACIA PÉREZ ZELEDÓN

Cruzamos el Cerro de la Muerte a 3.345 metros de altitud, siguiendo el trazado de la carretera Interamericana, entre páramos de arbusto espinoso apenas salpicados de robles y encinos enanos. Cuenta la leyenda que aquí dejaron su vida, víctimas del frío, muchos pioneros que iban en busca del valle de El General. Descendemos hacia éste con la niebla pegada al parabrisas del coche. No se ve ni a tres metros y aflojamos la marcha. Atisbamos manchas de bosque nublo entre los oscuros perfiles del viento. Mucho tiempo de bajada y, al fin, entramos en la soleada y sonriente Pérez Zeledón, también llamada San Isidro de El General, quizá la ciudad más populosa del sur de Costa Rica, rodeada de fértiles tierras y abundante ganado. Nos parece un regalo de verdor después de las yermas y heladas cumbres. En casa de los amigos que nos acogen encontramos una maravilla de jardín tropical y la sensación de obsequio balsámico aumenta.





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