lunes, 23 de marzo de 2015

MÚSICA INTERIOR

Hebras de luz y música conectan, en mi mente fantasiosa, los cerros nubosos de San José con remotos rincones de Bahía Drake, donde el Pacífico descarga la furia cálida y seca del Niño. Allí, sobre la arena hirviente de una playa, suenan viejos estándars de Earl Hines y Lester Young, y otros más recientes de Chuck Berry, aderezados con la voz turgente de Bessie Smith. Después, en mi imaginación, esos diamantes del jazz clásico vuelan hacia el norte sobre celajes de bruma, absorbiendo vapores caribeños de calipso y marimba, hasta cuajar en gozosos ecos que siluetean la figura de una "Mujer de Los Ángeles" cantada por Jim Morrison, vocalista de The Doors, que camina grácilmente sobre las dormidas olas californianas.  También yo la tarareo entre suaves balanceos de hamaca colgada sobre nuestro jardín tropical antes de relajarme dulcemente.

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