lunes, 23 de marzo de 2015

DE NOVELA EN NOVELA

Pues no, no me ha gustado "Lolita". Y eso que Nabokov volcó en ella mucho del lirismo, finura, sensibilidad y delicadeza que yo le pedía de entrada. Pero su estilo narrativo me pareció afectado y petulante, como si se creyera muy superior al resto de los mortales. Excesivo artificio, demasiada verborrea. Lástima. En cambio, "Historias putas", de la asturiana Azahara Villacorta, me ha golpeado en el estómago como un puñetazo de sencilla crudeza, de directo testimonio descarnado sobre las condiciones de vida de incontables mujeres en El Salvador y otros países centroamericanos. Aterradora. Y ahora vuelvo a hincarle el diente a "Rayuela", de Julio Cortázar, a ver si consigo digerirla entera. Hace muchos años lo intenté y sólo pude quedarme con jirones de ella en la boca. Son setecientas veintitantas páginas. Hasta ahora llevo sesenta. Y ni fu ni fa. Puede que mañana siga todavía. No es seguro porque a estas alturas de mi vida me estoy volviendo cada vez más selectivo.

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