lunes, 9 de diciembre de 2024

MARIMBA Y VIBRÁFONO

 Cuando la mente se aquieta del todo por sí sola, sin pensamientos, sin imágenes ni la más leve sensación perturbadora, puede surgir un estado de verdadera serenidad. En él la gran claridad de percepción resultante nos faculta para discernir la realidad profundamente; nos hace sentir con especial intensidad lo insondable del misterio, la magia y la belleza del Cosmos y nos permite comprender que esas cualidades suyas y el amor, la creatividad, la libertad, la justicia, la inmensidad, el júbilo, la eternidad, el infinito, la novedad y la verdad son sólo distintos nombres que damos a la misma cosa. Disfrutando aún  en parte de ese maravilloso silencio mental veo salir al escenario al dúo Steles de percusionistas. Les observo y escucho atentamente. Para mi asombro, sus vibráfonos comienzan a traducir fielmente en  sonido las etéreas armonías y las sutiles volutas sensoriales de mi experiencia anterior, sumergiéndome de nuevo en una meditación incomparable. Habrá continuidad todavía con las marimbas de Steles en la segunda mitad de su concierto y, horas más tarde, con la evocación radiofónica de la música de Antonio Carlos Jobim. Estado mental que me ha mostrado las posibidades  ofrecidas desde siempre por la existencia.  

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