viernes, 20 de marzo de 2015
EL DESPERTAR DEL TURRIALBA
Estamos en el jardín de casa, a 50 kms. del volcán Turrialba. Cae sobre nosotros una lluvia oscura, muy fina, de ceniza procedente del interior de la Tierra, manchando el agua de las perras en su palangana, las blancas sillas de plástico de la terraza y las hamacas suspendidas en el aire. Cunde entre los vecinos una excitación no exenta de temor. Están evacuando a la población próxima a las erupciones: una de ellas ha alcanzado 1.000 metros de altura en la atmósfera. Peligran el ganado y los esforzados cultivos en terrazas de esa zona. Seguimos a la expectativa.
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